Vistas de página en total

viernes, 1 de febrero de 2013

La carta que nunca te envié



¿Cómo puedo hacértelo saber? Si con el solo hecho de imaginarme frente a ti, pronunciado esas palabras se me acobarda el corazón, se esconde detrás de mi razón y eso me obliga a quedarme muda. Yo quiero que tú lo sepas, quiero mostrarte que no soy quien tú piensas que soy, pero que al final no soy tan diferente. Quiero que me descubras desde otro punto de vista, que me acompañes a lo que yo te escondo, que me dejes guiarte entre lo que tú no entiendes. Lo sospechas, sé que lo sospechas, y sin embargo te niegas a enfrentarme, a realizar la incomoda pregunta, esperando que mi respuesta no confirme tus dudas. Para ti es mejor pensar que no estás en lo cierto, que estás equivocada. Para mí es más fácil callar, sembrar la duda negándome a un par de cosas que esperas. Mientras guardo la esperanza de que lo descubras sola.
Sigo esperando que algún día me mires a los ojos y me preguntes tú misma, sé que aunque quiera no podré mentirte. Moriré de miedo, pero de mi boca solo saldrá la verdad. No me imagino que pasará después de todo aquello, cuando lo asimiles, cuando te resignes, pero si sé lo que pasará en el preciso instante en que me escuches decirlo. Me mirarás severa con tu expresión más dura, con reproche, moverás tu cabeza a ambos lados para negarlo y transformarás tu dolor en rabia, yo pensaré que me odias pero sabré que no es cierto, quizás levantes tu mano y la dejes caer en mi mejilla, cuando era niña lo hacías por disgustos menos graves. Yo querré explicarte todo y tú no querrás escucharme, pero yo insistiré y haré que entiendas que solo es otra forma de amar, que no dista mucho de la convencional pero reacciones como la tuya hacen todo más difícil. Te entenderé, porque será la primera vez que lo vivas tan de cerca, pero en ocasiones he sido tan evidente que parece imposible que no lo sepas. Yo te dejé señales, ahora entenderás que aquella vez cuando con unos trece años te dije seriamente: “mamá yo no tendré hijos, no te daré nietos”, no era realmente que no quisiera, lo que no quería era la parte de casarme y vivir con un hombre, claro que en ese entonces yo tampoco lo sabía. Tú te reíste, con algo de orgullo, quizás aliviada de que por el momento los hijos estuviesen borrado de mi futuro, una preocupación menos para ti tomando en cuenta que muchas de las hijas de tus amigas ya los tenían. Pero pasó el tiempo y aparentemente no cambié de idea. Ahora sé que tu preocupación es otra, temes que me quede sola, que no encuentre a nadie a quien amar porque nunca me has visto hacerlo. Pero mami la verdad es que ya alguna vez tuve a alguien y probablemente más adelante tenga a alguien más, pero no será el tipo de compañía que tú esperas que tenga.  
No me preguntes cómo o porqué, ya que no he podido darme una respuesta a mí misma. No preguntes qué hiciste mal, porque aun me sorprendo de que hayas podido hacerlo tan bien tú sola. No me pidas que lo intente una vez más, porque lo he intentado por ti, por mí misma y por todos y no me resultó a pesar de que puse mucho esfuerzo en ello, solo aprendí a romper corazones y a sentir vació el mio. No me digas todas esas cosas hirientes que te he escuchado decir cuando creías que te habías librado, que estabas exenta. Yo callaba pero me hacías daño. Y sobretodo no olvides quien soy, no olvides las veces en que he sido la hija que querías, cuando termines de conocerme verás que puedo seguir siéndolo. Tomate tu tiempo y luego déjame acercarte a mi mundo, déjame mostrarte, explicarte, enseñarte, no te quedes del otro lado con la gente ignorante, asómate a mi mundo y verás que no dista mucho del tuyo, el amor es el mismo, los sentimientos son los mismos.
Lamento que esperes de mí cosas que no puedo darte, porque por mientras, por miedo a decepcionarte, escondo esa parte de mí que tú desconoces y que me impide terminar de verte como una amiga. Porque afortunadamente la distancia nos ha acercado, la confianza entre nosotras ha crecido y ahora somos más amigas. Pero yo sigo omitiendo, sin engañarte pero sin dejarte saber toda mi verdad.
Quiero que lo sepas, quiero contarte, pero me da tanto miedo… por eso lo escribo aquí, donde sé que no lo leerás. 
Pero mamá, con ese mismo corazón que ama de una forma que tú llamarías “equivocada”, con ese mismo corazón te amo inmensamente a ti. 

viernes, 1 de junio de 2012

Había un vez un globito...


Dicen que el tiempo lo cura todo, yo sigo esperando que me toque a mí. Hasta ahora solo ha servido para recordarme que hubo tiempos mejores, que hubo un tiempo en el que yo solía creer que tenía todo lo que necesitaba para ser feliz, ahora me doy cuenta de que tenía más bien poco, pero aun así era feliz.

Tengo todos estos recuerdos, que se reproducen como a cámara lenta ante mis ojos, me hace extrañar hasta el más idiota de los segundos que pasé a tu lado, la forma en que te acomodabas junto a mí por las noches y que yo supiera que querías que te abrazara aunque no me lo dijeras, esa primera sonrisa que me regalabas al despertar, nuestras manos unidas en cualquier momento del día mientras veíamos la tele, el besito de buenas noches, las risas, los días de lluvia intentando convencerte de quedarnos en la cama y mil cosas más, pero sobretodo esa forma que tenías de mirarme, me mirabas y allí en tus ojos yo veía lo mucho que me amabas. Ese recuerdo es el que más desentona con el presente, porque ahora me miras y veo que me quieres,  que estás preocupada y nerviosa y que en gran medida te sientes culpable cuando sabes que estoy triste, pero no hay nada más, ya no hay ese algo que me hacía sentir tan única, tan valiosa. 

Y descubrí que mi gran problema con todo esto, es que tú me hiciste sentir tan especial y tan amada, que me entregué totalmente, me dejé en tus manos, porque me hiciste sentir y creer que preferirías hacerte daño a ti misma antes que hacérmelo a mí. Me sentí segura, protegida, feliz. Así que quité toda esa coraza tras la que me escondía y me expuse frágil y vulnerable para ti. No me arrepiento de haberlo hecho, no creas eso. Fue algo muy hermoso sentir que te pertenecía completamente, que me amabas de la misma forma en que lo hacía yo, a veces sentí que incluso más. Pero ahora tengo miedo de no sentir eso nunca más con alguien, porque me dolió lo suficiente como para no querer volver a intentarlo, no me negaré disfrutar de una buena compañía, pero me niego a creer en alguien como creí en ti.

Los malos momentos ahora son peores, porque antes aunque tuviera un día pésimo, sabía que al llegar a casa me estarías esperando para ponerme a salvo, para borrar lo malo con tus abrazos, con tu cariño, hasta que ya nada importaba y solo podía estar feliz de tenerte.

¿Sabes cómo me siento?... como un globito cuando tiene un hoyo, que uno intenta llenarlo con los pulmones en pleno y no se puede porque tiene una fuga. Yo tengo una fuga, ya nada me llena, nada me hace feliz, estoy bien cerca de lograr mi primera meta y no siento nada, porque las grandes cosas se hacen pequeñas y no saben igual cuando no se tiene con quien compartirlas. Tú estás ahí yo lo sé, pero no como yo creía que estarías, yo quería verte enamorada y orgullosa, subiendo junto a mí ese primer peldaño y compartir contigo los beneficios, es inevitable sentir pena por eso.

Nunca vas a lograr entender esto, ni alcanzarás a dimensionar el vacío que me dejaste, para ti es solo falta de amor propio, drama, exageración… pero no eres tú la que está rota y vacía, ni estás sola, ni me necesitas ya. En cambio yo tengo que lidiar con todo eso, sin poder ni querer odiarte, no sabes lo difícil que es.

Lo peor es que la gente que ahora intenta acercarse a mí, es la que paga por lo que tú rompiste. 

sábado, 7 de abril de 2012

Que pena...



“¿Cuánto pesa una buena relación?… ¿Cuánto pesa si juntamos todas las fotos que nos sacamos, las que subimos y bueno, las que nos podemos mostrar?, todos los mails, los mensajes de texto, los posteos en facebook, los videos grabados, y si agregamos todo lo que compartimos, las series bajadas, las películas vistas, las canciones cantadas, mientras más información generamos ¿Mejor pareja fuimos?... Lo fuerte de todo esto, es que al igual que el mundo real, con solo un acto, con solo un click, todo puede irse a la basura y borrarse para siempre…”

De mentiras y cambios


La gente cambia, la gente miente, la gente cambia sus mentiras, miente sobre sus cambios. De todas las capacidades que tiene el ser humano, es la que menos me gusta. La odio.

Hasta yo, que me considero una persona bastante sincera, he mentido alguna vez. Pero no a ti, al menos no sobre mis sentimientos, me siento bien con eso, pero me jode un poco pensar que tu sí, que a pesar de todo fuiste capaz de mentir, eres capaz de seguir haciendolo, odio dudar de ti. Siempre te di la verdad esperando que hicieras lo mismo, aunque duela, aunque dañe, pero la mentira duele más. La mentira viene no solo con dolor, sino con decepción, dudas, miedo… de que todo lo anterior también esté envuelto en una capa mentirosa.

Hoy no sé qué pensar, hoy te conviertes en otra persona ante mis ojos, tu imagen cambia, ya eres otra… es bueno, porque significa que no te amo, que amo a la persona que eras antes, la que ya no eres, la que ya no está, la que se merecía lo que siento…Tú no, no mereces que te ame, no mereces mis lágrimas, ni toda esta pena, ni toda esta nostalgia, porque tú eres otra.

La tú de ahora hace daño y lo peor es que parece que lo haces a propósito, con un fin que está de más, porque quieres lograr algo que ya lograste hace tiempo, ¿cómo no te das cuenta?, y es que de tan ilógico raya en lo absurdo, no puede ser que no lo notes, que me conozcas tan poco después de todo este tiempo y que yo ahora me pregunte si te conocí alguna vez, si eras realmente tú o te pintaste de princesa (rosada) para mí. Me hiciste creer en la versión femenina del príncipe azul, me hiciste creer que llegué a tu vida en un momento en que te sentías un sapito, que después de mi beso se transformo, ¿recuerdas cuando decías que conmigo sentías que podías ser tu?, ¿Qué era como un ángel porque te daba paz? Incluso llegaste a decir que me había vuelto indispensable para ti, que era algo así como tu oxígeno… ¿lo recuerdas? Yo sí, ¿fueron solo palabras?... lo que yo dije fue todo verdad y sentí todo lo que hice. Es reconfortante para mí saber eso.

Recuerdo también una vez que te dije que, precisamente, la manera de la que me podías hacer más daño era si me hacías sentir que todo fue una mentira, que nunca me quisiste realmente y que todo fue una especie de gran confusión, algo de lo que te arrepientes… creo que tu respuesta fue “eso no pasará” y antes te asustaba tanto pero tanto hacerme daño, me lo decías tanto, que me es difícil ahora creer que no solo eres capaz de hacerlo sino que además puedes hacerlo porque sí, porque crees que te servirá. Lo comprobé con la conversación que tuvimos recién, fuiste tan cruel, me heriste tanto… y sabías que lo estabas haciendo, luego te excusaste diciendo algo así como “lo siento pero es la única manera de no volver a caer en lo mismo”. No sabes lo que sentí al leer eso de la persona que hasta hace poco juraba no querer hacerme daño, ¿era necesario?, ¿no crees que ya me has herido lo suficiente? … que fácil debe ser estar del otro lado.

(26/2/2012)

viernes, 6 de abril de 2012

Minuto de confesión


Con lo que me gusta escribir y últimamente no me han dado ganas, ¿te estás llevando eso también?, porque es increíble como mis ganas de todo, mi motivación y hasta mi esencia se están yendo tras de ti. Siento que me estoy desvaneciendo, que me estoy transformando en una cáscara vacía, todo te lo te llevas tú y no es justo para mí, porque tengo que quedarme con tu ausencia y no me viene bien perder nada más.

Trato de mirar al frente, despegar la vista de la punta de mis zapatillas y mirar hacia adelante, hacia el futuro en el que ya no estás y hay un gran signo de interrogación en el lugar donde deberías estar tú, lo que veo no me atrae demasiado, entonces trato de imaginar algo diferente, más bonito y agradable y tú te cuelas una y otra vez, aunque yo no quiera, aunque trate de alejarte, sigues apareciendo allí con esa sonrisa tuya que me ha matado desde siempre y extiendes tu mano invitándome a tomarla, me haces creer por un segundo que debo hacerlo, que si tomo tu mano te quedarás, pero luego de un pestañazo vuelvo a la realidad. No estarás allí nunca más, ese signo de interrogación que hoy te representa va a ser ocupado, pero no por ti, tú no estarás allí otra vez, perteneces a otro lugar, a otra vida, y yo estuve engañándome al pensar que podías formar parte de la mía.

Siempre supe que sería difícil, pero debo admitir que hay algo de sorpresa algunas veces, cuando siento que el mundo me queda grande, que tengo mucho espacio disponible y nada con que llenarlo, cuando me abandonan las ganas de seguir, de luchar por mí, de seguir soñando, hasta las ganas de respirar me abandonan a veces. Nunca me había dolido tanto algo, nunca había llorado tanto, con tanta pena, rabia, desesperanza, dudas… ¿Fue todo cierto alguna vez?, ¿Qué signifiqué para ti?, ¿ya estás en la etapa del arrepentimiento, preguntándote porqué lo hiciste y sintiendo que no debió pasar?. A mí no deberían importarme esas cosas, pero hay tanto que no debería ser y es, que termino haciendo lo que no debería, aún sabiendo que no me va a ayudar, en este momento pocas cosas me ayudan.

Hasta ahora ha sido imposible llenar este vacío que me dejaste, el tiempo pasa y cada vez me siento más lejos de lograrlo, paso todo el día negándome que te necesito, no volveré a admitirlo nunca más, no dejaré que mis manos toquen el suelo, ni que te lleves contigo lo que queda de mi. Intento borrarte, no sabes cómo lo intento, me valgo de cualquier cosa, buena o mala, eso me importa poco porque ahora lo que necesito es que te vayas de mi, que dejes de herirme y de robarme todas esas lágrimas que nunca derramé, es como si te estuvieras cobrando cada segundo de felicidad que me diste, tanta pena me abruma y yo solo quiero que esto termine.

Tampoco he podido encontrar en otros labios lo que perdí en los tuyos. Sigo extendiendo mi brazo mientras duermo esperando tropezar con tu cuerpo, sigo haciéndote ese espacio en el que encajabas tan perfectamente y siento una pena infinita al pensar que ya no… tantas cosas. Que ya no… nunca más.

Y peor aún… no dejo de preguntarme ¿por qué?

miércoles, 4 de abril de 2012

Rosa y espinas




Es hermosa, pero tiene espinas y puede hacer daño... es como el amor mismo... y es como tú.

sábado, 31 de marzo de 2012

¿Felicidad?


Y sigo a bordo de este tren camino a la felicidad, ¿existirá ese destino? Después de todo, se dice que la felicidad es algo vano, una aspiración arrogante del ser humano que en vez de ser feliz con lo que tiene, se empeña en querer más, en merecer más y gasta su vida buscando aquello que le falta y no en aprovechar mejor lo que le sobra. Quizás “felicidad” sea solo una palabra que alguien usó para intentar describir ese estado de éxtasis que aparece muy pocas veces en la vida y es tan pasajero como hermoso, muchos no la reconocen cuando se presenta y muchos otros la confunden con otra cosa, pero algo es seguro para todos: todos la queremos y todos la buscamos. Y si ni siquiera estamos seguros de lo que es, ¿Será correcto entonces que se haya convertido en la meta final de medio mundo?

Amor y felicidad, dos sentimientos tan efímeros, tan ideológicos, tan raros, difícil de hallar en un mundo tan grande y que sin embargo pude encontrarlos en ti, un ser tan pequeño, y por algún tiempo bebí de ellos, pero el momento no era inmortal, no era interminable, porque la felicidad nunca se está quieta en ninguna parte. Al conocerla no pude dejar de anhelarla y me uní a la búsqueda de todo mundo, no entiendo porqué se fue, pero pasó, me quedó solo el amor, ese que me gustaría no sentir por ti y sin embargo lo siento, ese que no te mereces y sin embargo tienes, aunque por lo visto el amor solo no basta...sin la felicidad no funciona bien.

¿Qué se hace cuando se ha dado todo y aún así no es suficiente?, ¿De quién es la culpa?, ¿De la persona que no tiene nada más que dar o de la otra, que quiere más de lo que le pueden ofrecer?